martes, 15 de mayo de 2012

Crisis 2008. Antecedentes inmediatos



La caída del Muro de Berlín marca un punto de inflexión en la singladura de la política mundial, a partir del llamado Consenso de Washington (1989), cuando empieza la gran oleada de neoliberalismo que invade el planeta hasta nuestros días. Hasta entonces, un par de pruebas destacables con efectos desiguales: por un lado, Reagan, con un resultado nefasto dado su gran apego al gasto militar y a las guerras; y, por otro, Thatcher, con algún resultado positivo en materia económica, pero acompañado de desastre a nivel social.
                                                                                
Podemos decir que en economía, el neoliberalismo, es darle otra vuelta de tuerca al capitalismo: mientras que el liberalismo más clasicista supone un modelo moderado de capitalismo, el neoliberalismo supone un modelo más salvaje, radical y agresivo, lo que lleva a ahondar en las desigualdades que ya de por sí lleva implícitas el sistema.

Es a partir de 1989 cuando (como si de una logia masónica se tratara) se dictamina que en la década de los 90 y de forma discreta y democrática (no como antaño a través de golpes de estado y dictaduras militares) los escogidos líderes neoliberales deben ponerse al frente de los principales gobiernos y comenzar la primera fase de la gran revolución económica: el objetivo, controlar cada vez más poder a través de controlar cada vez más dinero.






 






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